Los engobes cerámicos son un material de gran utilidad en el área de la alfarería, pues estos sirven para modificar la coloración de las piezas de arcilla y barro. El engobe consiste básicamente en una suspensión de partículas de arcilla en agua, jugando así con que el material tenga un coeficiente de dilatación semejante al de la pieza donde se aplicará.
Definición de la engalba
En el mundo de la alfarería el engobe también es conocido como engalba, que es la técnica cuyo fin es decorar y pigmentar piezas de arcilla con una fina capa de un líquido denso. La engalba es el resultado de la mezcla de distintos tipos de arcilla con agua.
Sin embargo, en ocasiones también se puede añadir el silicato sódico u otras clases de defloculante. Al agregar el defloculante se disminuye la posibilidad de que la mezcla quede muy líquida y, de igual manera, se evita el encogimiento. Este procedimiento puede ser realizado a mano o, de manera más profesional, con un agitador diluidor.
Los engobes cerámicos han sido utilizados desde hace varios siglos, estos datan su origen aproximadamente entre los años 753 a. C y 476 d. C, durante la existencia del Imperio Romano.
En esta época se podían observar piezas autóctonas de la región cubiertas de tierra sigillata (tierra sellada) y de una especie de barbotina de arcilla que les otorgaba cierto brillo e impermeabilización a las piezas.
Características de los engobes
Los engobes pueden ser aplicados sobre piezas de arcilla o barro, bien sea cocidas o crudas. Además este puede ser utilizado a modo de esmalte y con otros muchos propósitos.
Entre las características que proporciona a dichas piezas las más destacadas son:
- Facilitar la transferencia de coloración de manera sencilla.
- Mejorar la calidad de las piezas.
- Cubrir las imperfecciones de las bases.
- Permitir la impermeabilización.
- Modificar su resistencia al desconchado.
¿Cómo se aplican los engobes cerámicos?
Normalmente los métodos que más destacan a la hora de aplicar la engalba son la inmersión, la pulverización y el vertido. Así mismo, cuando se desee aplicarlo hay una infinidad de herramientas para hacerlo, como por ejemplo, empleando esponjas, brochas, pinceles e inclusive plumas.
De igual manera su modo o técnica de aplicación dependerá de si esta se va a realizar sobre una pieza bizcochada (engobe en bizcocho) o cruda.
Técnica del enmascarillado
En la técnica del enmascarillado se delimitan ciertas áreas de la pieza que no se quieran pintar, manteniendo zonas con su color original, por lo que la esponja puede ser un implemento idóneo.
Técnica del chorreado
Esta se basa en darle la vuelta a la pieza de arcilla y luego volcar el engobe encima para lograr el efecto de pintura goteando.
Técnica de marmolado jaspeado
Esta técnica consiste en combinar dos o más engobes de colores y texturas diferentes y emplearlos directamente en la pieza de cerámica.
¿Cómo se hace un engobe?
Como decíamos, la técnica del engobe ha sido practicada desde hace muchos siglos, por lo tanto, al transcurrir los años las reglas de su preparación han ido modificándose poco a poco.
En la actualidad para preparar un litro de engobe se requerirá aproximadamente de ochocientos centímetros cúbicos de agua, además del componente seco previamente elegido.
Dándole color
Cuando se habla del color de la mezcla se precisará el uso de pigmentos, y en el caso de la cerámica el tema de la coloración se puede dividir en dos vertientes: los óxidos metálicos y los pigmentos silicatados.
La intensidad de la pigmentación va a depender de la clase de óxido a utilizar y los porcentajes de la mezcla, ya que estos son de suma importancia durante la preparación.
Elaboración con óxidos
En la elaboración con óxidos la proporción del fundente no debe ser mayor al 15% en relación al volumen del elemento seco, lo que vendría siendo aproximadamente el 80% de arcilla.
Además se le debe agregar entre un 2 y 10% de óxido y una pequeña cantidad de agua que permita la obtención de una mezcla similar a la de la barbotina.
Elaboración con pigmentos
Cuando se realiza la preparación con pigmentos la fórmula básica consiste en un 70% arcilla (de preferencia que sea la misma o al menos parecida con la que se realizó la pieza) un 10% de material fundente, entre 15 y 20% de pigmentos y una cantidad generosa de agua para poder lograr la barbotina.
Asimismo, hay que tener presente que en ocasiones las altas o bajas temperaturas pueden provocar que los pigmentos sufran ciertos cambios en su tonalidad en el resultado final.
Y darle textura…
De igual forma existen varios métodos de texturizado para los engobes con materiales que no generan ningún tipo de combustión, tales como: arena, vidrio molido, limaduras metálicas, entre otros.
En la medida de lo posible, al realizar esta mezcla es aconsejable que todos los materiales se añadan en polvo, buscando de esta manera que el engobe quede con la mayor homogeneidad posible. Al igual que con el pigmento o con el óxido, esta mezcla necesita un poco de agua para lograr una consistencia más o menos líquida.
Tipos de engobes
En líneas generales, los engobes se pueden clasificar en dos tipos: engobe clásico y esmaltina o engobe con esmalte de arcilla.
El primero se basa en la combinación de barro y agua, su composición no sobrepasa el 10% de un fundente añadido.
El segundo, la esmaltina, es considerado una especie de híbrido entre un engobe clásico y un esmalte, logrando ese efecto mate pero con piezas de vitrificación. Para elaborarlo se necesita agregar a un engobe el 30 o 70% de un esmalte transparente, pudiendo añadirle incluso cenizas u otras arcillas.
Formato de los engobes comerciales
Si optas por comprarlos hechos podrás encontrar engobes en dos formatos:
Los engobes en polvo, mucho más fáciles de disolver y mezclar, te permitirán obtener una mezcla homogénea con relativamente poco esfuerzo. Además darán a la pieza una apariencia más rústica y arcillosa.
Cuando se usan los engobes en suspensión el acabado será más brillante y satinado, puesto que al ser líquidos (en sus componentes está el fundente), este ingrediente es mucho más apto y seguro para niños, en comparación con las dificultades que conlleva el utilizar esmaltes cerámicos.
Y si quieres conocer una auténtica rueda de alfarero, continua leyéndonos.